El lunes inicia un juicio dramático por supuestos crímenes de odio racial en torno a la muerte de Ahmaud Arbery a manos de tres hombres blancos, ya encontrados culpables en un proceso a nivel estatal en el que casi no se mencionó el tema de razas.
Travis McMichael, su padre Greg y su vecino William “Roddie” Bryan fueron encontrados culpables de asesinato en noviembre y sentenciados el mes pasado a cadena perpetua. En el caso de los McMichael, ninguno tiene derecho a libertad bajo palabra.
Bryan, quien grabó con su teléfono el momento en que Arbery cayó tras recibir dos escopetazos de manos de Travis McMichael, podrá ser elegible para libertad bajo palabra.
A nivel federal, los tres enfrentan cargos por supuestamente violar los derechos civiles de Arbery y atacarlo motivados por su raza.
Los McMichael habían llegado a un acuerdo de culpabilidad con los fiscales federales, con la esperanza de evitar un segundo juicio y pasar los primeros 30 años de sus sentencias bajo custodia federal.
Sin embargo, la jueza de distrito Lisa Godbey Wood rechazó el acuerdo el lunes, luego de una audiencia en la que la familia de Arbery dijo que no estaba conforme con ello.
La madre de Arbery, Wanda Cooper-Jones, dijo que desea que los asesinos de su hijo pasen sus vidas en una prisión estatal, donde las condiciones son peores que al nivel federal.
Luego de rechazar los acuerdos, Wood le dio a los McMichael hasta el viernes para decidir si mantenían sus declaraciones de culpabilidad y ella decidía su castigo o las retiraban para ser sometidos a juicio.
Greg McMichael, exoficial de la policía y ex investigador de la oficina del fiscal local, retiró su declaración de culpabilidad el jueves. Su hijo lo hizo el viernes.
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